LIBERTAD COMPARTIDA

 

Annabel Lee Teles nos dice que vivimos en una época de crisis. Pertenecemos a una época donde las verdades absolutas han desaparecido, nos dejamos llevar por las opiniones de los demás, es decir, por verdades provisionales, las cuales cambian constantemente, causando incertidumbre en la comunidad.

Estamos rodeados de acontecimientos, encuentros y sucesos inesperados e incontrolables, que pueden aumentar o disminuir nuestra potencia de ser y de obrar. Un acontecimiento hace que nos replanteemos las cosas o pensemos distinto. Nos mueve, nos cambia, nos espera en cualquier momento y lugar, y nos hace ver y pensar los comienzos junto a los finales.
Por ejemplo, la muerte de un ser querido provoca una caída en nuestro ser; nos hace pensar en cosas que, antes de la pérdida, no consideraríamos, disminuyendo así nuestra potencia de ser pero, al mismo tiempo, nos encontramos con la posibilidad de valorar de manera distinta lo que tenemos y nos rodea, lo que aumenta nuestra capacidad de actuar y hacer.

La filósofa explica que los afectos son modificaciones o cambios que nos atraviesan como flechas nuestros cuerpos. Estos nos afectan y nos hacen capaces de afectar a otros. No somos seres fijos ni cerrados; al contrario, somos cuerpos que reciben afectos que alteran nuestra potencia y nuestra capacidad para actuar. Esto es una crítica al individualismo, porque demuestra lo asociados que estamos. La filósofa habla del nexo entre uno y otro, de la conexión en la sociedad y de la amplitud que tenemos.

A veces perdemos esa potencia al creer en una ilusión de nosotros mismos: la de ser individuos aislados. Cuando creemos que estamos solos, una luz aparece y deja un resplandor que nos recuerda que estamos todos unidos y vinculados. Por ello, afirma que no hay problemas personales; lo que nos atraviesa a nosotros, también atraviesa a otros.

La libertad no es solo estar aislado o tener autonomía, sino también fortalecerse con otros tipos de existencias que nos ayudan a sostenernos entre sí y a componer cosas.
Una vida satisfactoria se construye con ayuda de potencias que nos impulsan a ser mejores.